En esta ocasión vamos a adentrarnos en un tema muy poco
conocido, el de la masonería cristiana y, en especial, sus enseñanzas más
secretas y profundas. Aquellas reservadas a los miembros que han llegado a los
niveles más avanzados.
Para ello, vamos a conocer la obra: LA GRAN PROFESIÓN, Clase secreta del Rito Escocés Rectificado, Ed. por MASONICA.
Su autor es Ramón
Martí Blanco, al que
agradecemos que responda estas preguntas a Biblioteca oculta.
Sobre usted, en la
reseña del libro se indica que:
Nació en Barcelona, en 1952, diseñador gráfico, graduado en
Artes Aplicadas y Oficios Artísticos, técnico publicitario y de Artes Gráficas.
Su actividad profesional ha girado siempre en torno al mundo de la comunicación
visual, publicidad y artes gráficas, trabajando profesionalmente en distintas
agencias de publicidad y por cuenta propia. De su amplio perfil masónico
destaca su calidad de Caballero Bienhechor de la Ciudad Santa (C.B.C.S.) del
R.E.R., Caballero Príncipe Rosa Cruz del Rito Francés, Gran Maestro Emérito del
GRAN PRIORATO DE HISPANIA, Obediencia Masónica y Caballeresca, practicante del
sistema masónico conocido por Régimen Escocés Rectificado. Es conferenciante
habitual de temas relacionados con la masonería y la tradición, la masonería cristiana
y la historia de la masonería. Coautor del libro LA MAÇONERIA DELS ORÍGENS AL FUTUR, prologuista de la obra La Justa
i Perfecta Lògia TAU a l’Orient de Barcelona y autor de múltiples
artículos publicados en diferentes medios. Asimismo, es traductor de gran
cantidad de libros masónicos, entre los que destacan los CUADERNOS VERDES, núms. 1, 2 y 3 del G.P.D.G.; LA FRANCMASONERIA de Joseph de Maîstre; JEAN-BAPTISTE WILLERMOZ, SU OBRA de Jean-François Var; EL ESOTERISMO DEL GRADO DE MAESTRO ESCOCÉS
DE SAN ANDRÉS EN EL R.E.R. de Roland Bermann, EL LENGUAJE SECRETO DEL BLASÓN de Gerard de Sorval; LA VÍA CABALLERESCA Y LA INICIACIÓN REAL EN
LA TRADICIÓN CRISTIANA de Gerard de Sorval (prefacio de Jean Tourniac); ECCE HOMO de Louis-Claude de
Saint-Martin; EL HOMBRE DE DESEO de
Louis-Claude de Saint-Martin; RENÉ GUÉNON
Y EL RITO ESCOCÉS RECTIFICADO de Jean-Marc Vivenza; LA VIA DEL BLASON - Pascal Gambirasio; RENÉ GUÉNON Y EL RITO ESCOCÉS RECTIFICADO - Jean-Marc Vivenza; LA TRADICIÓN MASÓNICA - Robert Amadou; HISTORIA DEL GRAN PRIORATO DE LAS GALIAS
- Jean-Marc Vivenza; LA FRANCMASONERÍA A
LA LUZ DEL VERBO. El Régimen Escocés
Rectificado - Jean-François Var.
Lo primero que quisiéramos saber es ¿por qué escribir LA GRAN PROFESIÓN, Clase secreta del Rito
Escocés Rectificado (RER)?
Porque es
justamente en dicha Clase del R.E.R. y en sus Instrucciones donde se genera una
importante contradicción que ha levantado una gran controversia y producido la
división dentro del Rito Escocés Rectificado (tanto en Francia como en España).
El problema se
genera a partir del hecho que, a todo candidato a entrar (vía iniciación o
afiliación) al R.E.R. se le exige la condición de cristiano para poder hacerlo,
pero las Instrucciones de dicha Clase secreta, comportan una doctrina contraria
a la fe cristiana expresada en las verdades del Credo, que resumen el sentido y
la expresión de la fe cristiana. Este trabajo “La Gran Profesión” es en
realidad un ensayo en el que se estudian las Instrucciones a la luz del Evangelio,
señalando los puntos de fricción y lo que para la fe cristiana son simplemente
herejías.
Es preciso
señalar también, por ser de vital importancia, que este sistema masónico y
caballeresco conocido como Régimen Escocés Rectificado en su estructura y el
rito que le da vida: Rito Escocés Rectificado, tiene su origen en la segunda
mitad del siglo XVIII, teniendo un Convento fundacional que se celebró en
Wilhelmsbad (Alemania) entre agosto/septiembre de 1782. A dicho Convento, se
presentaron para su aprobación Tres Clases (la 1ª la Clase Simbólica; la 2ª la
Orden Interior de caballería; y finalmente la 3ª Clase dicha de La Profesión),
de las tres Clases presentadas, sólo obtuvieron la aprobación del Convento la
Primera y la Segunda, no obteniendo la Tercera el refrendo y aprobación del
Convento, por lo cual, legal y legítimamente, la Clase secreta objeto de la
controversia, legalmente no existe al no estar aprobada.
La publicación
de una obra que hablara claro sobre esta problemática y pusiera las cosas en su
sitio se hacía pues imprescindible.
Coméntenos, ¿Qué es el Rito Escocés Rectificado (RER)?
Para muchos es un rito masónico más,
pero en realidad es mucho más que esto; es una vía iniciática tradicional,
probablemente la última todavía viva en el mundo Occidental.
En Occidente, podemos considerar dos
tipos de iniciación: la de Oficio y la Caballeresca. La primera es con la que
se identifica la Francmasonería con el estudio y profundización del símbolo, y
en Francia una organización conocida como el Compagnonnage, que no tiene por
objeto el estudio ni interiorización del símbolo, sino propiamente el
desarrollo de las diversas técnicas del oficio de construir. La segunda
es la caballería, cuyo acceso es absolutamente iniciático, teniendo un lenguaje
propio que es la heráldica. La particularidad del Rito Escocés Rectificado es
que combina ambas iniciaciones en una progresión conjunta y coherente de tipo
espiritual, teniendo por marco la tradición/religión cristiana.
Diremos de pasada que toda la masonería
se considera iniciática, pero una masonería que proponga al impetrante una
progresión espiritual basada en el estudio de la simbología y su metafísica que
hace crecer al individuo ontológicamente en todos los aspectos, sólo conozco la
Masonería Rectificada.
Con todo, toda obra humana es imperfecta
y mejorable, y el Rito Escocés Rectificado no es una excepción, presentando una
problemática propia que hay que saber tratar y abordar.
Esa
tendencia cristiana, es algo que venía del pasado o algo que se incorporó tras
la fundación de la masonería moderna.
Yo no me atrevería a hablar de tendencia cristiana, máxime si
consideramos que la masonería especulativa se considera heredera de la
operativa, y la operativa era totalmente cristiana, como lo era la sociedad y
el mundo de su tiempo. Por otra parte, las Constituciones de Anderson de 1723,
son absolutamente explícitas en relación a la fe en Dios requerida a sus
miembros: “si comprende bien el Arte,
nunca se convertirá en un estúpido ateo, ni en un libertino irreligioso”.
No obstante, lo cierto es que alguna relajación en la fe religiosa
debería producirse, cuando dentro del mismo siglo XVIII, los masones (de
Francia y Alemania) vieron necesario hacer una refundación de la francmasonería,
de donde el término de Rectificado, dado al nuevo sistema nacido en 1782. Algo que
no iba como debía ir y había que rectificar y rectificar es de sabios.
Quisiera precisar que el R.E.R. exige la condición de cristiano de todo
aquel que quiera pertenecer al mismo, entendiendo dicha exigencia desde un
punto de vista ecuménico (abierto a católicos, ortodoxos, anglicanos o
reformados) pero haciendo hincapié que uno es cristiano por vía del sacramento
del bautismo (no por medio de un documento de adhesión) y que no basta con la
mera simpatía o cercanía.
¿A quién podemos considerar el fundador o promotor de
esta tradición?
Sin lugar a dudas a Jean-Baptiste
Willermoz (Lyon, 1730-1824), un exitoso y longevo (murió con 94 años, que para
las expectativas de vida de su época era excepcional) comerciante de sedas
lionés, iniciado en masonería a los veinte años y que llegó a conocer la
mayoría de ritos y sistemas masónicos del siglo XVIII. Aprovechó su actividad
comercial por toda Europa, para contactar con miembros de la alta burguesía y
la nobleza afines a sus inquietudes: la masonería, el ámbito iniciático y la
búsqueda espiritual.
En esta inquieta búsqueda, contactó con
un personaje Martinès de Pasqually (Grenoble, 1727 - Santo Domingo, 1779) teúrgo
y teósofo francés que marcaría toda su trayectoria, influenciándola, entrando
Willermoz a formar parte de la Orden de los Elegidos Coën, creada por Martinès.
Pasqually basaba dicha Orden en un texto, cuya doctrina, nunca llegó a terminar
(dada su inesperada muerte en 1779) y que al parecer Willermoz quiso trasladar
a la que sería la obra de su vida: el Régimen Escocés Rectificado.
En qué sentido es cristiano el RER, en el confesional,
místico, esotérico...
Es cristiano en todos los sentidos del
término, no en un sentido vago o “crístico” como he oído decir, queriendo darle
a este último término un simple “tinte” y rebajando el compromiso cristiano
(que es la fe). El cristianismo del R.E.R. es un cristianismo al completo y sin
necesidad de adjetivos como “cristianismo trascendente” o “cristianismo
esotérico” utilizados cuando se quiere expresar y dar a entender un
cristianismo que no profesa las verdades del Credo. No es posible un
cristianismo “más allá del cristianismo”, porque entonces es otra cosa, pero no
es cristianismo.
El cristianismo es para el Rito Escocés
Rectificado el marco referencial dentro del cual se desarrolla toda la acción,
toda la ascesis, todo el proceso de interiorización y crecimiento que esta vía
iniciática propone. Pero como antes decíamos, tiene también sus peligros, su
“lado oscuro de la fuerza” parafraseando lo dicho en la famosa película la
Guerra de las Galaxias. Ese lado oscuro, existe también en heráldica, cuando
las virtudes expresadas por esmaltes y metales, pueden tornarse en vicios,
según sea la acción llevada a cabo por el portador del blasón.
Las desviaciones que hacen salirse a uno
del marco del cristianismo, son expresadas justamente en las Instrucciones de
esa Tercera Clase (nunca aprobada en Wilhelsmbad) conteniendo una doctrina
contraria a las verdades cristianas expresadas en el Credo. La controversia
generada entre los miembros del Rito Escocés Rectificado viene generada
justamente por dicha doctrina, basada en los errores expresados en el Tratado
de Pasqually y trasladados por Willermoz a dicha Tercera Clase. El problema
surge cuando una parte afirma que la “doctrina” expresada en esa Tercera Clase es
la “doctrina” del Rito Escocés Rectificado ¿a qué atenerse pues? ¿A dicha
doctrina? o a las verdades de la fe de la Iglesia cristiana (englobando aquí, a
católicos, ortodoxos, anglicanos y reformados).
Para nosotros no hay disquisición
posible: si se nos ha exigido ser cristianos para ser miembros del R.E.R.,
quiere decir con esto que antes de ser miembros ya éramos cristianos y
conocedores de a qué nos comprometía nuestra fe cristiana. En todo caso, es a la
luz del Evangelio que hay que contemplar todo cuanto nos plantee el Rito
Escocés Rectificado. Dentro de este marco, no hay posibilidad de extravío
ninguno. Por último, recordaremos lo que el propio Cristo dijo: “Yo soy el
camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” (Jn XIV,
6).
En el RER se plantea la iniciación como un proceso de
regeneración, ¿qué quieren decir con eso?
Creo que es patente y manifiesto que la
humanidad está descentrada y en serio proceso de desorientación. La razón y el
materialismo no ha sabido ni podido llenar el vacío dejado cuando se decidió
apartar a Dios de la vida del hombre. Cuanto más se ha alejado el hombre de
Dios, más ha experimentado la necesidad de Él. El hombre se mira al espejo e
intuye que es algo más que lo que está viendo, que además de esta dimensión
física, también es trascendente y hay una dimensión espiritual.
La falta de esa espiritualidad, le
genera una constante desazón, y las sociedades más ricas económicamente, son
también las más insatisfechas y donde la frustración llega a los más altos
niveles. Se genera entonces un terreno abonado para todo tipo de sectas pseudo
religiosas con las creencias más dispares (reencarnación, metempsícosis, etc) y
la humanidad perdida en búsqueda constante, cree encontrar en ellas salida para
sus inquietudes.
El R.E.R. nos habla de la Caída (el
pecado original) al igual que la tradición cristiana, en que el hombre, en
ejercicio de su libre albedrío, rompió el pacto establecido con Dios
desobedeciéndole. Luego, si la Caída (ruptura) fue un acto de libertad, la
acción de acercamiento (proceso de regeneración) ha de serlo igualmente.
Resumiéndolo, en esto consiste la Iniciación cristiana que el Rito Escocés
Rectificado nos propone. Ahora bien, para no extraviarnos en todo este complejo
proceso nos hace falta un marco referencial: la religión cristiana.
El mismo René Guénon, que
particularmente no es santo de nuestra devoción y con quien diferimos de su
idea de iniciación, afirmaba que toda vía iniciática ha de estar entroncada en
una Tradición, entendiendo tradición como religión ¿Qué mayor garantía que, una
tradición con más de dos mil años de historia?
Coméntenos sobre ese grado llamado Maestro Escocés de san
Andrés
Cuando estamos hablando del Régimen
Escocés Rectificado, estamos hablando de masonería escocesa, sin que dicha
masonería tenga necesariamente que ver con lo que en masonería en general
conocemos como Escocismo. Durante el siglo XVIII, en que tomó forma la
masonería especulativa que conocemos, Inglaterra se debatía en una pugna por el
trono de Gran Bretaña, entre la dinastía de los Estuardo (representando al
reino de Escocia e Irlanda) y los Hannover que habían echado del trono a los
Estuardo, produciéndose el primer regicidio, antes incluso que el de Luis XVI.
Si bien están claros los orígenes
ingleses de la masonería especulativa, según parece, los orígenes de la
masonería escocesa son anteriores a la teoría de 1717, como han demostrado
recientemente historiadores como André Kervella (“Los Reyes Estuardo y la
Francmasonería” [2021] y “El barón Hund y la Estricta Observancia Templaria”
[2022] editados por Masonica.es y traducidos al castellano por mí) y durante la
pugna entre los Hannover y los Estuardo en que los Estuardo tuvieron que
exiliarse, primero a Francia (Saint-Martin-en Layre) y luego a Roma (Italia),
hubieron dos tendencias entre los masones ingleses y escoceses. Los ingleses
defendiendo siempre la teoría que la verdadera masonería se compone únicamente
de los tres primeros grados (en realidad de dos: Aprendiz y Compañero, ya que
el grado de Maestro fue de creación Escocesa, como Kervella ha demostrado); y
los escoceses creando otros grados para diferenciarse de los primeros e impedir
el acceso de estos a sus Logias, convirtiéndose las logias en lugares donde
poder intercambiar con tranquilidad y discreción entre los partidarios de uno u
otro partido (de ahí la prohibición que todavía conocemos de no tratar en logia
de política ni de religión). Sin embargo, los Escoceses crearon diversos grados
por encima de los tres mencionados, para premiar la fidelidad de sus seguidores
(y evitar con las Palabras de Pase de cada grado creado, el acceso de sus
enemigos) primero de Jacobo Estuardo y después de Carlos Eduardo Estuardo.
El Rito Escocés Rectificado, nació como
una Reforma del sistema masónico conocido como Estricta Observancia Templaria,
Reforma que se fraguó en dos Conventos (primero en 1778 en el de las Galias en
Lyon a nivel francés y después a nivel europeo en Wilhelmsbad [Alemania] en
1782 de modo definitivo y ratificando el anterior), la Estricta Observancia era
seguidora y tenía Patente de los Estuardo, y el R.E.R. al nacer como Reforma de
la Estricta Observancia, hereda esta línea.
El grado de Maestro Escocés ya existía
en la Estricta Observancia (compuesto de dos niveles) y el Rito Escocés
Rectificado lo incorporó en uno solo, pero señalándole aún más la impronta
cristiana en su denominación: Maestro Escocés de San Andrés. Es el último grado
de nuestra Clase Simbólica, compuesta por cuatro grados: Aprendiz, Compañero,
Maestro Masón y Maestro Escocés de San Andrés (M.E.S.A.) y actúa a modo de
“bisagra” entre la Clase Simbólica y la Orden Interior de caballería (compuesta
por dos niveles -que no grados- formando la Iniciación caballeresca: Escudero
Novicio [E.N.] y Caballero Bienhechor de la Ciudad Santa [C.B.C.S.]), que
última las dos Clases existentes que componen legalmente el Régimen Escocés
Rectificado.
Y sobre los grados Templarios, ¿qué nos puede decir?
Que en el R.E.R. no existen tales grados
Templarios. Como decía en la anterior cuestión, el R.E.R. nació como Reforma de
la Estricta Observancia Templaria, que sí los tenía, y no tan solo esto, sino
que pretendía su restauración en Europa, reclamando todas las propiedades de las
Encomiendas Templarias expropiadas en los distintos países, con el revuelo
internacional que ello suponía y conflicto de la Estricta Observancia en cada
país donde quería establecerse.
Justamente, cuando el Convento de
Wilhelmsbad, la cuestión quedó zanjada, acordando el Convento la expresa
renuncia a toda pretensión de restauración de la Orden del Temple. La Reforma
aprobada pues, y que dio lugar al Régimen Escocés Rectificado, se limitó a
conservar una filiación espiritual con la antigua Orden del Temple y los pobres
caballeros de Cristo, sin ninguna otra pretensión, como figura en una de las
Actas del Convento, conservadas todavía en los archivos de la Biblioteca
Municipal de Lyon, al igual que los rituales e Instrucciones del conjunto del
R.E.R.
El Caballero Bienhechor de la Ciudad
Santa (C.B.C.S.), no es pues Templario en modo alguno, más allá de
identificarse como pobre caballero de Cristo.
Y los grados de la
Gran Profesión, ¿en qué consisten?
La Profesión ya existía en la Estricta
Observancia Templaria: era un nivel más por encima del de caballero. Willermoz
quiso desdoblarlo, en su propuesta presentada en Wilhelsmbad en 1782 -propuesta
que no fue aprobada por el Convento- en dos niveles: Profeso y Gran Profeso.
Según sus Estatutos, el acceso era por cooptación entre los C.B.C.S., no
pudiendo nunca acceder a petición del interesado.
La Gran Profesión (con sus Profesos y
Grandes Profesos) estaba concebida como depositaria del Rito Escocés
Rectificado y de su doctrina. El problema arranca cuando dicha doctrina se
presenta contraria a la fe que constituye la doctrina común de las Iglesias
cristianas. Entrando en contradicción con el requerimiento exigido cuando la
entrada en la Orden Rectificada.
La Profesión, existente también en Órdenes
religiosas (Jesuitas y Benedictinos) siendo el supremo compromiso con la Orden,
por el cual uno pasa a formar parte de la misma desde su interior, no podía
mantener tal contradicción (proclamarse cristiana primero, para después en la
Profesión afirmar una doctrina distinta e incluso contraria) en la Orden
Rectificada, pretendiendo ser una forma viva de la iniciación cristiana.
En tal situación, los Dirigentes de la
Orden Rectificada, tanto de Francia, en España, como donde fuera, no podían
continuar ajenos a la controversia, pues para algunos Hermanos podía
representar simplemente una estafa (haberles exigido primero la condición de
cristianos, para finalmente presentarles una supuesta doctrina del R.E.R.
contraria a las verdades de la fe). El problema estalló primero en España en
2010, y cuando pedimos una clarificación y toma de postura al Gran Priorato de
las Galias -referente nuestro en este ámbito- sólo obtuvimos evasivas. Esta
dejación de funciones (en tanto que referente) y no querer asumir
responsabilidades, tuvo su consecuencia y en 2012 produciéndose la ruptura y
creación de un nuevo organismo rectificado.
¿Cuáles eran las secretas enseñanzas que se atribuyen a la
Gran Profesión?
Las supuestas “enseñanzas secretas”
presentes en las Instrucciones de la Profesión, son en realidad un compendio de
teorías gnósticas, básicamente de carácter dualista, (como la emanación,
proveniente de las corrientes órficas, neoplatónicas y gnósticas) propias de
los primeros tiempos del cristianismo, que fueron superadas y condenadas como heréticas
y contrarias a la fe por los primeros cuatro Concilios de la Iglesia cristiana:
Nicea (año 325), Constantinopla (año 381), Efeso (año 431) y Calcedonia (año
451). Pongamos algunos ejemplos, de las “perlas” presentes en las Instrucciones
de la Gran Profesión.
-
El emanantismo. Para las Instrucciones, el hombre es
un ser emanado; no una creación directa de Dios.
-
La idea herética de la creación del mundo, no por
Dios, sino por los ángeles.
-
La resurrección de la carne, artículo de fe para los
cristianos (presente en el rezo del Credo) es negada por las Instrucciones.
-
En las Instrucciones se encuentra presente la idea
que, el hombre se encuentra atrapado en su cuerpo que le es como una cárcel, ya
que el verdadero hombre es solamente espíritu. Según esa tesis, Dios se habría
visto obligado a crear el mundo material por la prevaricación del hombre y
mantener así bajo control el cambio de situación acaecido en el universo. Esa
tesis gnóstica (recuperada por Willermoz de la doctrina del Tratado de
Pasqually) de la “creación necesaria del mundo” presente en las Instrucciones,
es inaceptable para la fe cristiana.
-
El hombre no ha sido revestido de un “envoltorio
material” a causa de la Caída o pecado original (ver el libro del Génesis).
-
El cuerpo humano y la materia en general, al ser una
cárcel según la concepción de las Instrucciones es indigno. Mientras que Dios
es el Creador de la carne y el mundo en su totalidad, gozando de la más
absoluta dignidad, siendo ambos santos (como obra de Dios) desde el mismo
momento de su origen.
-
La carne creada por Dios no está destinada a
“perecer” y “desaparecer” ya que la misma en la base de la Salvación prometida
por Cristo a la humanidad.
¿Qué se supone que se obtiene al estudiar estas
enseñanzas?
La certeza que, aceptándolas, uno se
aparta de la fe cristiana, y en consecuencia se queda fuera del cristianismo.
No es conciliable la fe cristiana, con las tesis de Martinès de Pasqually,
presentes en las Instrucciones de la Gran Profesión; desviaciones que, por añadidura
pretenden ser presentadas como “doctrina” propia del Rito Escocés Rectificado.
Estas enseñanzas son de todo punto
inaceptables para un cristiano y no admiten ningún tipo de componendas (como
las intentadas por un sector del Gran Priorato de las Galias, que se esfuerza
en ver dicha doctrina en perfecta armonía con la fe cristiana), ni mirar para
otro lado.
Cuál es el objetivo general del RER, y en especial de los
Profesos y los Grandes Profesos.
A la vista de lo que acabo de exponer,
no puede hablarse de objetivos comunes entre el Rito Escocés Rectificado, del
que conviene precisar que los rituales e Instrucciones de las dos Clases
aprobadas en Wilhelmsbad, están libres de los errores que, por el contrario
aparecen al interior de la clase de Grandes Profesos.
La Gran Profesión habría de ser la
conservadora y depositaria de todo cuanto es dicho y planteado en las dos
anteriores Clases, mientras que sucede todo lo contrario.
Nos parece del todo lícito que un grupo
de Caballeros Bienhechores de la Ciudad Santa, se agrupen y decidan trabajar en
favor de la iniciación cristiana, pero en ese caso, habrán de prescindir de las
actuales Instrucciones, porque las mismas no están remando en la misma
dirección. Así lo planteó el Colegio metropolitano de la Profesión por mí
presidido, mediante Declaración cuyo texto y detalle puede verse en la obra
objeto de todo este comentario.
¿Por qué no se escucha hablar tanto de esta masonería
cristiana?
Por diversas razones, para empezar, porque
ser cristiano hoy en día no está en boga. La necesidad de trascendencia por
parte del ser humano existe, pero no está dispuesto a someterse a nada ni a
nadie. Esos buscadores, tratan de moldear una religión a su medida y gusto,
mientras que la religión cristiana está basada en la imitación a Cristo, y ello
exige sacrificio y compromiso.
Otra razón de peso, es que para la
mentalidad de la actual sociedad española, masonería y cristianismo les parece
incompatible, viendo la masonería como la liberadora de yugos y la religión
como uno de esos yugos con los que el poder ha sometido siempre al pueblo.
Concepción errónea y en absoluto tradicional, por mucho que la Iglesia se haya
alineado en ocasiones a lo largo de nuestra historia en favor del poder.
En la actualidad, ¿cuál es la implantación del RER en
España?
Conviene no olvidar, que el Rito Escocés
Rectificado, llegó a España de mano de la Regularidad anglosajona y
concretamente de la Gran Logia de España cuando su creación en 1982, siendo uno
de los tres ritos fundadores, junto con el Rito de Emulación y el R.E.A.A. Yo
mismo fui iniciado en el R.E.R. en 1984 en la Logia Tau nº 12. Guste o no, el
R.E.R. llegó entre nosotros de mano de la Gran Logia Nacional Francesa al crear
la Gran Logia de España.
Con sus altibajos y desencuentros, el
Rito Escocés Rectificado, continua siendo practicado en la Gran Logia de
España.
Fruto de esos desencuentros, en enero
del 2003, la mayoría de Hermanos practicantes del R.E.R. abandonaron
voluntariamente la G.L.E. dando lugar al Gran Priorato de Hispania, recuperando
la estructura original presente en los Códigos fundacionales de 1782, distinta
a la manera anglosajona, que sólo trabaja los tres primeros grados, teniendo
que trabajar el resto de estructura en un organismo distinto o Gran Priorato reconocido
por la Obediencia simbólica. Sin embargo, esta división no plantea realmente
problema para que el R.E.R. continúe siendo una vía iniciática, siempre y
cuando se sepa mantener el marco regulador de la tradición cristiana.
A causa de los problemas de tipo
doctrinal del año 2010 (entre los que sostenían que el R.E.R. tenía una
doctrina propia [expresada en las Instrucciones de la Gran Profesión], y los
que manteníamos que si la Orden es cristiana como es afirmado en sus
Instrucciones y rituales, la única doctrina válida es la de la Iglesia
cristiana, única con capacidad para dictaminar lo que es cristiano y lo que no)
una parte del Gran Priorato de Hispania (G.P.D.H.) marchó para dar lugar al
Gran Priorato Rectificado de Hispania, donde pueden profesar complacientemente
los errores expresados en las Instrucciones de Gran Profeso.
Existe, así mismo en Barcelona la logia
Montasalvat de la Obediencia francesa G.L.T.S.O. (Grande Loge Traditionel et
Symbolique Opera) que practica también el Rito Escocés Rectificado.
Por último, me gustaría que les dijera a nuestros lectores,
a quién va dirigido este libro y qué van a encontrar en él.
Al público en general, por supuesto,
pero especialmente al mundo masónico de todos los ritos, pero particularmente a
los del Rito Escocés Rectificado.
¿Qué van a encontrar en él? Básicamente
la clarificación y publicación de las Instrucciones de la Gran Profesión, así
como la denuncia y resaltado de los errores en unos momentos que se vive un
cristianismo de “perfil bajo” en que todo parece igual, sin ser conscientes que
aceptarlo es puro sincretismo. Todo el mundo tiene derecho a inclinarse en un
sentido o en otro, pero es deseable que al hacerlo, lo hagan en conocimiento de
causa.
La Masonería no es una religión y el
Rito Escocés Rectificado tampoco, aunque si se quiere que realmente sea una vía
iniciática y, para ser más exactos una vía iniciática cristiana, lo menos que
puede pedirse es ser coherentes y nombrar las cosas por su nombre. Es lo que
hemos pretendido poner de manifiesto en este libro.
Ramón Martí Blanco, le damos las gracias por
hablarnos de su libro y por acercarnos a este tema tan desconocido de la
masonería cristiana.
Para los que estén interesados en saber más sobre esta obra,
visitar la web: https://www.masonica.es/libro/la-gran-profesion-clase-secreta-del-rito-escoces-rectificado_138993/
Nosotros nos despedimos, y esperamos volver pronto con más
entrevistas y podcast.